«Mi hijo no acepta mi ayuda»

«Yo veo que necesita ayuda»

«Necesita ayuda pero no quiere»

«Me he cansado de ayudarle porque no sirve para nada»

«Llevo toda mi vida cuidándol@ y no me lo agradecen»

«No tengo vida. Mi vida es cuidar a… «

«Me duele todo el cuerpo pero tengo que levantarme para cuidar… «

Si alguna vez has comentado alguna de estas frases o has escuchado a alguien decirlo, este artículo puede ayudarte a comprender de una forma más profunda los motivos por los que esto puede suceder, así como, las emociones y pensamientos que se esconden detrás de estas palabras. 

Son palabras que, a priori, pueden parecer normales de una persona que ha convivido con otra y que la conoce en profundidad. También pueden ser palabras de una persona que ha estado durante mucho tiempo cuidando a un familiar necesitado. Sin embargo, no siempre es así, y me atrevo a decir que hay veces en las que este tipo de conversaciones hablan más de la persona que las verbaliza que de la necesidad de la persona que, supuestamente, tiene que recibir esa ayuda. Por eso es importante hacer una diferencia entre el Rol del Cuidador y el Rol Salvador.

Podemos empezar diciendo que vivir, actuar, sentir y pensar en base a ambos genera inestabilidad emocional, bloqueos y conflictos si no se gestionan adecuadamente.

¿Qué es el Rol del Cuidador?

Es lo que se entiende como la responsabilidad natural que nace de cuidar a una persona que nos importa. Es un cuidado que no está remunerado, que no es un trabajo pero que puede en ocasiones ocupar las mismas horas que uno, o incluso, no tener límite horario. Hay enfermedades que hacen a las personas dependientes de ayuda y atención. Normalmente, son los familiares los que adoptan el rol del cuidador. Eso sí, en numerosas ocasiones, a costa de priorizar ese cuidado a la propia vida personal o profesional.

Cuando este rol es asumido de forma voluntaria es muy diferente a cuando este rol es asumido por «no tener otra opción». Sin embargo, en ambos casos, si esa responsabilidad no es bien gestionada puede convertirse en una CARGA. Teniendo más probabilidades de serlo en la segunda premisa.

Numerosos profesionales de la Salud han estudiado y siguen estudiando este rol del cuidador para poder mejorar la calidad de las personas que lo ejercen. Como dato curioso, suelen ser mujeres las que adoptan este rol dada sus «habilidades» con las tareas domésticas y su afectividad. Pero los tiempos están cambiando y cada día hay más mujeres que trabajan fuera de casa, son madres y además tienen tareas cotidianas que realizar.

 La realidad actual es que existen tanto hombres como mujeres que se enfrentan a la decisión de qué hacer para poder ayudar a su familiar dependiente y, además, poder llevar su vida con la mayor «normalidad» posible, es decir, sin desatender otros aspectos de su vida.

Por lo tanto, no deja de ser un añadido, un extra, el hecho de asumir este rol de cuidador.

¿Qué puedo hacer para que no se convierta en una carga?

  • No asumir más responsabilidad de la que me corresponde
  • Contar con ayuda y asesoramiento profesional
  • Trabajar en mi propio cuidado personal. Si yo no estoy bien, no puedo cuidar a otra persona.
  • Cuidar mis emociones para poder aceptar la situación y saber gestionarla
  • Asumir que no puedo con todo. Sino que necesito de organización y planificación

 

¿Qué ocurre cuando no pido ayuda emocional ni psicológica?

La consecuencia más común de asumir este rol sin ningún tipo de acompañamiento emocional y psicológico es el sentimiento de CULPA cuando el «cuidador» se dedica tiempo a sí mismo, a otras personas, a su trabajo… por lo que poco a poco va cerrando más su círculo para centrar toda su vida en esa persona. Podemos decir que hace responsable a la persona a la que cuida de su propio bienestar.

Desde el acompañamiento en gestión emocional y psicológico se ayuda a la persona cuidadora a que lo haga desde una perspectiva diferente. En la que logre comprometerse consigo mism@ para dar con calidad. Caer en la trampa de solo dar y no recibir… puede llevar a la persona cuidadora a una insatisfacción constante, sobre todo, cuando la situación es límite o si esta no puede variar. 

¿A qué le llamo Rol Salvador?¿Es lo mismo el ROL CUIDADOR que el ROL SALVADOR?

Desde mi punto de vista, el Rol Salvador es muy diferente al del Rol del Cuidador y no han de compararse en ninguna de las situaciones.

La diferencia principal es que cuando actuamos desde el Rol Salvador no siempre hay una persona con dependencia real. Simplemente nos preocupamos por intentar que una persona que me importa no lo pase mal, no haga aquello que yo entiendo que no está bien…  En definitiva, intento evitar que no sufra.

El Rol Salvador, tal y como yo le llamo, es una forma de protección absoluta hacia alguien con el que emocionalmente te sientes apegado. Lo observo mucho en madres, padres, hijos, hermanos… es muy común en ambientes sistémicos donde la relación es estrecha y el apego está de por medio.

¿Cómo puedo saber si estoy actuando desde mi Rol Salvador?

  • Cuando intento evitar el sufrimiento de mis seres queridos
  • Si intento controlar lo que una persona hace
  • Imponiendo mi punto de vista basado en mi experiencia
  • Argumentando y dando consejo sobre lo que es mejor para una persona
  • Si una persona me dice «no necesito tu ayuda» «no  te he pedido ayuda» «puedo hacerlo yo solo» «soy lo suficientemente responsable como para saber lo que tengo que hacer»….
  • Si siento pena por alguien o algo

En definitiva cuando estoy  actuando desde mi Rol Salvador, estoy quitando responsabilidad a otra persona para que pueda hacer y deshacer, equivocarse, aprender.

Cada persona ha de aprender de su propia experiencia y esto es algo que, a veces, es difícil gestionar o comprender.

Si esto te esta ocurriendo mi recomendación es que te hagas preguntas, que estudies tu vida y observes cuáles son tus miedos, qué estás intentando evitar… para poder trabajar aquello que en ti ha quedado abierto y poder dejar de centrarte en lo que «necesitan» los demás.

 

Sara Berrocal – Psicóloga especialista en Inteligencia Emocional, liderazgo personal y gestión del estrés.